El peligroso presente perpetuo ó notas para encandilar a la Historia
Wikiriders es una afronta al rigor anestesiante del revisionismo histórico. Esta película sigue a tres vaqueras embrujadas qué desean capturar a un enemigo tan ambiguo como los contornos de la frontera mexicana
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Nena, no importa mucho a quién tengas ganas de citar hoy. La responsabilidad frente a los fantasmas es una gran narrativa operativa, independientemente de a qué tradición deseas suscribirte. La hibridación de la Teoría Crítica al acceder a la legitimación desde la academia pudo ser reproducida en universidades del mundo colonizado. Esto nos lleva a asociar con Benjamin y otros amigos procesos de reivindicación histórica sin ensuciarnos la boca hablando de la lucha social revolucionaria. Sí, traemos la mezclilla (con leopardo y lentejuelas), las botas (con taconcito) y el sombrero. Confía en nosotras. Si la figura de autoridad moral de tu preferencia hiciera una película, probablemente también se vería así.
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Me parece excelente emplear esta mañana de Martes para ponderar la validez de la pregunta por el sujeto de la historia, por la difusión de la historia, por la obliteración de la historia, por lo aburrido de la historia y por lo estúpido de la historia.
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México es un ejemplo y no requiero precisar de qué. Es una metáfora lo suficientemente grande como para ser considerada como dos metáforas, o tres. La cantidad de metáforas está sujeta a tu capacidad de reconocer, no a las limitaciones del territorio. Tú dame un número, aquí cabe de todo.
Las pistas a seguir se encuentran en el carácter narrativo de la Revolución Mexicana de 1910, cuando al pueblo se le dio la razón y se le siguió quitando todo lo demás. Si nos dejaron ganar o no, importa poco: ganamos por primera vez ¿No se supone que la Independencia de México había sido la primera vez? — y eso amerita una celebración oficial conjunta cada Septiembre.
Nos permiten pensar que esta historia es nuestra. ¿Y quiénes somos nosotros? ¿Qué nos define más allá de la neutralidad estratégica por la cual al homologarnos nos volvieron políticamente inocuos?
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Me gusta cuando Nietzsche dice que creamos símbolos vestidos de objetividad y luego nos olvidamos de que nosotras las pusimos en la repisa. Me parece sexi. Me emociona el concepto de las ficciones reguladoras cuyo carácter artificial olvidamos con el paso del tiempo. Nena, no hay ningún problema con ser artificial.
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La secuencia en Occidente es más o menos esta. Dotamos de un revestimiento objetivo a la religión y obtuvimos el monoteísmo doctrinal. Después, dotamos de revestimiento objetivo a la razón y obtuvimos al proyecto moderno con su organización técnico científica. Tengo entendido que paralelo a esto algunos trataron de dotar de objetividad a la naturaleza humana. Básicamente, esta estructura de objetividad por encima de la solidaridad sirve para legitimar reglas y preceptos morales. ¿Pero por qué te estoy diciendo esto? Porque ahora que intentamos objetivar las vibras y volver a aproximarnos a un pensamiento mágico desde la hiper-individuación capitalista, sospecho que el nuevo conservadurismo que busca regresar a un momento previo al desarrollo del proyecto moderno, no es menos ridículo que el proyecto moderno. Nena, no te confundas, no hay nada malo con ser ridículo. Y sí, la nueva autoridad moral se parece mucho a la vieja autoridad moral, pero enfundada en un discurso de espiritualidad, amor y autocuidado.
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Enfrentarse a la aridez que se desprende de la híper-saturación mediática es igual de difícil que acceder a una fuente en el desierto. Estamos tan acostumbradas al flujo de información que ahora mi atención se la gana quien me pegue en la cara o en el ego con más fuerza. La accesibilidad es una trampa. Sobreescribir es la mejor manera de borrar. Así se ve intentar aferrarte a una realidad que se esfuerza por sacudirte de encima. Como montar un toro de feria o un caballo que no te quiere. Y aquí también lo emocionante es sentarte en donde no deberías durante la mayor cantidad de tiempo posible. Las vaqueras le disparan al mundo que las rodea para enfriarlo. Ya capturado podrán congelarlo, destazarlo e inmovilizarlo de manera que podamos verlo un poquito más, un poquito mejor.
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Flussmartín. Yo sé que parece broma, pero es el old money Mexico style. Sin legitimidad lo único a lo que podemos apelar es a lo guapachoso de nuestro privilegio. ¿Son los Flussmartines una metáfora, existieron o no? ¿Acaso importa? ¿Y si importa, a quién le importa? Dice una vaquera renegada que “la policía es la encargada de la ley, pero no les importa la justicia.Y nuestra preocupación es la justicia y no nos importa la ley.”
La pregunta por a quién aplica la ley es pertinente: la igualdad ante la ley criminaliza la pobreza. Algunos pueden permitirse romper la ley, otros no.
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Hay en esta película algunas persecuciones en dónde no es claro qué sigue a estas vaqueras, por ende todo podría seguirlas (o no) depende de que tanto te gusten a ti esas cosas. Aquí no hay resultados concisos, de eso van las road movies. Tampoco hay un criminal predecible, de eso van las películas de detectives. Lo que hay es un enorme y tremendo flujo de información sacudiéndonos, disfrutalo o al menos trata de no vomitar.
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Este texto se escribió sobre la película Wikiriders con amor y admiración para el catalogo de la exhibición 4ll 0v3r th3 pl4c3 de Clara Winter y Miel Ferraez en ACC Gallery, Weimar, Alemania.